Estos días, con la llegada de los meses de verano, se reanudan los trabajos del yacimiento lacustre de la Draga (Banyoles), uno de los tres únicos de su tipo en Europa. Descubierto hace 25 años, este yacimiento es una ventana abierta a la vida de los primeros poblados neolíticos. La investigación se complementa con un programa de actividades divulgativas que permite a jóvenes y mayores conocer este pasado milenario.
Desde el año 2008, la Institución Milá y Fontanals del CSIC forma parte del equipo investigador que dirige las excavaciones arqueológicas en el poblado neolítico de La Draga, situado en la orilla del lago de Banyoles (Girona). Este yacimiento constituye un caso singular para el estudio de las primeras sociedades campesinas que se establecieron en la Península ibérica, hace unos 7.000 años.
La singularidad de este yacimiento yace en su particular ubicación, al borde del lago de Banyoles, que ha propiciado que los estratos arqueológicos estén cubiertos permanentemente por el nivel freático. Eso ha hecho posible la conservación de restos elaborados con materias orgánicas. “Tiene un carácter muy especial”, explica Xavier Terradas, investigador de la Institución Milá y Fontanals del CSIC. “Se ha conservado en los sedimentos cubiertos por el agua, en unas condiciones anaeróbicas que han hecho posible que lleguen hasta nosotros restos imposibles de hallar en otras condiciones”. Es el caso de restos de origen vegetal, en especial de los restos de madera, como diferentes utensilios, herramientas y armas, además de los troncos de los árboles con los que construyeron las cabañas. Hasta el momento, sólo se conocen otros dos yacimientos con características similares atribuibles a los momentos iniciales del Neolítico, lo que da idea de su importancia.
“Analizamos los anillos de crecimiento de los árboles, lo que nos permite saber cuándo fueron cortados esos árboles, su edad y las condiciones climatológicas de aquellos años. La comparación de unos troncos con otros, así como su disposición, nos permiten saber cómo construían las casas, como las reparaban…”, explica Terradas Entre los hallazgos también se pueden destacar restos de tres arcos elaborados con madera de tejo (uno de ellos entero), que constituyen el conjunto de arcos neolíticos más antiguos de Europa.
El yacimiento fue hallado por causalidad hace unos 25 años, en unos campos de cultivo adyacentes al lago. Coordinado por el Museo Arqueológico de Banyoles, en el proyecto de investigación participan la Universidad Autónoma de Barcelona, la Institución Milà i Fontanals del CSIC, el Museo de Arqueología de Catalunya y el Centro de Arqueología Subacuática, además de investigadores vinculados a otros centros extranjeros como el Museo de Neuchâtel (Suiza), el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS), la Universidad de Basilea (Suiza) y la Universidad de York (Reino Unido).
Los primeros campesinos y ganaderos
La excavación del yacimiento requiere del uso de bombas para extraer el agua y poder trabajar en seco. Cuando finaliza el trabajo, se deja que las aguas vuelvan a cubrir todo, facilitando su conservación. Cuando se construyó el poblado, las aguas del lago estaban entre uno y dos metros más bajas que el nivel actual, estando actualmente inundada parte de la zona donde antaño se situaron las cabañas neolíticas, en la antigua orilla. Los investigadores calculan que todo el poblado debía alcanzar una superficie próxima a los 8.000 metros cuadrados, pero la excavación sólo cubre diversos sectores que completan unos 600 metros cuadrados. También se ha excavado una zona sumergida próxima a los 100 metros cuadrados.
Por otro lado, las condiciones particulares del yacimiento permiten aplicar líneas de investigación novedosas, algunas de ellas inéditas en el panorama de la arqueología española. Es el caso del estudio de los ácidos grasos preservados en recipientes cerámicos, que permiten atestiguar la cocción de restos de origen animal. Estos análisis complementan los obtenidos a partir del estudio de los restos óseos, que confirman la presencia de una cabaña ganadera importante, constituida por ovejas, cabras, vacas y cerdos.
Los orígenes más remotos de la ganadería se han ubicado en Oriente, hace 10.000 años, y se cree que los habitantes de la Draga, que vivieron en este poblado hace algo más de 7.000 años, fueron uno de los primeros grupos que practicaron la agricultura y la ganadería aquí. Otros estudios novedosos son los que se desarrollan con los isótopos estables en huesos de mamíferos, que permiten reconstruir la dieta de los animales y sus pautas reproductoras, así como el estudio de los parásitos, que da pie a plantear hipótesis sobre la dieta de los antiguos pobladores, su salud, la existencia de áreas con funcionalidades específicas, etc.
De la excavación a la sociedad
Este proyecto tiene una vertiente divulgativa muy importante. La reconstrucción de dos cabañas y un granero en el Parc Neolític de la Draga, vinculado al Museo Arqueológico de Banyoles, permite a los visitantes conocer cómo se vivió en aquel poblado. También se realizan talleres para mostrar las técnicas ceramistas del neolítico antiguo, la fabricación de herramientas de piedra, etc. Estos talleres van dirigidos a públicos de todas las edades, incluso niños de corta edad, cuyas explicaciones se realizan mediante títeres caracterizados como niños que vivieron en el poblado durante el Neolítico. Otra muestra del interés que despertado este antiguo poblado es la novela histórica “El primer heroi”, del escritor Martí Gironell, ambientada principalmente en La Draga y gran éxito de ventas en 2014.
Fuente: R+D CSIC